Buenas, buenas, buenas... Tanto tiempo! Es viernes por la noche, tengo mucho que estudiar pero mi cabeza está llena de tantos pensamientos que decidí liberar algunos en la web. ¡Manos a la obra!
"Ud ya no es el chiquito tierno que conocí"
Sip, lo acepto. El chiquito que Justin (mi ex) conoció ya no lo muestro. Sigo siendo el mismo niño iluso de siempre, pero a veces es mejor mostrarse indiferente. Desde que entré a trabajar he salido más. Con las salidas vinieron las infidelidades, con las infidelidades me di cuenta de que estaba enamorado de mi novio. Suena raro, pero cuando tomaba y terminaba apretando con un mae me daba cuenta de que no sentía nada, solamente una goma moral terrible que con el tiempo mis compañeras del trabajo supieron suprimir.
"¿Y qué va a hacer?"
Odio esa pregunta... Terminó la beca que tuve durante el último año, ahora tengo que matricular alguna actividad extracurricular para mantenerla; ¡pero ninguna calza con mi horario! Ya es semana 6, no tengo tiempo para hacer nada. Tendré que pagar mi matricula y colegiatura este cuatri. Ahora no es tan lindo estudiar en una de las U's más caras del país. Adiós salidas, adiós ropa cara, adiós teléfono 3G, adiós vida social, hola deudas...
"*EC"
Emotional Crisis. Mis padres me enseñaron siempre a cargar con la responsabilidad de mis decisiones. Eso es bueno y se los agradezco. Pero a veces quisiera haber sido un adolescente normal, de esos rebeldes, que se van de fiesta, que se escapan del cole, que viven su adolescencia. Ahora, a mis 20, los berrinches, zapateos y esas cosas no me van, sin embargo siendo siendo un niño mimado. No puedo ser un joven normal y vivir despreocupado, me tocó ser responsable.
Quizás por eso cada 15 días necesito liberarme y ser estupido. Apretarme a 4 maes distintos en una noche y no preguntarles ni el nombre, amanecer con un desconocido, tomar hasta caer, y el lunes siguiente presentarme temprano al trabajo, con un nudo de corbata impecable e indicarle a mis jefes cómo deben tramitar las vacaciones. Luego ir a la u, participar activamente en clase, saludar de beso a la rectora y hablar sobre temas académicos con varios profesores y decanos.
Todo esto para al final de día llegar a mi casa, cenar, encender mi laptop y recostarme en mi cama. Entonces pienso el desorden que hay en mi vida. Simplemente no soy el chiquito lindo y tierno que solía ser; soy un carajillo inocente y tonto que anda jugando de muy zorra. Soy un estudiante destacado que detesta su carrera y que ahora deberá sacrificarse para pagarla.
Ya esto va largo, y no tengo fotos adecuadas así que lo dejaré aquí. Al menos la presión disminuyó un poco. Gracias web 2.0...
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